miércoles, 27 de julio de 2011

Va pensiero. Opera Nabuco de Verdi

La mujer judía. María Jesús (Carixena)





LA MUJER JUDÍA

Con independencia de las cuestiones puramente religiosas y el papel de la mujer en ellas, es su situación en la sociedad y su consideración en ella como individuo, lo relevante ; pero en el caso de la mujer judía la religión lo determina todo, desde su nacimiento hasta su muerte todo su comportamiento y el de la sociedad en la que vive está completamente estructurado en la Torá,

La sociedad en Israel era patriarcal como la mayoría de las sociedades de su tiempo, la mujer dependía y estaba sometida a la voluntad del padre hasta que se casaba y pasaba a depender de la voluntad de su marido.

Su participación en la sociedad y en las cuestiones religiosas era prácticamente nula. Su testimonio no era tomado en consideración legalmente y sin embargo existían leyes que protegían su honor e impedían su abuso y maltrato- Asimismo el marido delegaba en ellas la formación e instrucción de los hijos ÿ solo ellas transmitían la identidad judía a sus descendientes: el hijo de madre judía era judío . Sin embargo en la Biblia se reconoce la importancia de grandes mujeres que alcanzaron cotas importantes de libertad y poder como Raquel, Rebeca, Miriam, Sara o Lea, etc

Durante el periodo de menstruación de la mujer, esta era considerada impura y debía apartarse de la convivencia con su marido, manteniéndose esa situación durante cinco días y siete más de purificación antes de mantener de nuevo relaciones íntimas con su esposo. Esa situación es mantenida y defendida como saludable por sectores judíos al día de hoy, incluidos algunos médicos

Con el paso del tiempo la consideración de la mujer fue mejorando, logrando que en los contratos matrimoniales se respetaran sus derechos y pudiera administrar sus bienes. Se prohibió la bigamia y en el divorcio se estableció como necesario el consentimiento de la mujer.

En las cuestiones religiosas las  mujeres estaban excluidas de muchas de las celebraciones religiosas en función de la obligación de atender las tareas del hogar y por tanto excluidas también de los estudios formales por tanto se limitaban a poder oír solo las enseñanzas que se impartían a los niños. No fue hasta 1917 cuando se organizó la primera escuela femenina con su propio sistema que aún persiste, en 1846 se le otorgó la igualdad religiosa y en 1972 fue ordenada la primera mujer rabino, pero las organizaciones feministas siguen luchando por conseguir una total y verdadera igualdad que al día de hoy siguen sin lograr.


Antonio Vivaldi. Triunfo de Judith sobre Holofernes

Judith. Artemisia Gentileschi (Oleo sobre tela)

La criada de Judith- María Jesus (Carixena)



LA  CRIADA  DE  JUDITH

En el ciclorama el cuadro de Artemisia Gentileschi, Judith y el asesinato de Holofernes, se trata del segundo cuadro de Artemisia que recoge la figura de la criada. Suena la música : Va pensiero de la ópera Nabuco de  Verdi



Muy poca gente se acuerda de mi, ni en la Biblia donde apenas se me nombra o en las representaciones pictóricas de lo que hizo mi ama Judith, es decir el asesinato de Holofernes, ni existo ni se sabe mi nombre; sin embargo; mi dueña jamás lo habría logrado sin mi
Mi ama, una viuda rica, preocupada porque nuestra ciudad Betunia estaba ocupada por las tropas de Holofernes, se enteró que mientras ella paseaba a veces por las murallas de la ciudad el caudillo babilonio se había fijado en ella: Cierto que mi ama era mujer muy bella y el general un hombre acostumbrado a tener lo que quería. Mi señora, entones me envío a visitarlo en su nombre, fui y vine varias veces con recados cada vez más apasionados invitando a mi señora a su tienda para una cena y una velada que ella parecía eludir pero en realidad dedicándose al viejo juego de la seducción, haciéndose de rogar alegando  las dificultades para abandonar la ciudad por la desconfianza de las autoridades de su pueblo.

Una vez que mi dueña logró la ansiedad de Holofernes, este  convencido de su triunfo sobre la virtud de la dama, bajó su guardia y acabada su desconfianza, vencida por la ansiedad de su deseo, esperó esa noche en su tienda totalmente desguarnecido la visita de mi ama. Mi señora salió de la ciudad por una de las portillas, yo la acompañaba sin poder casi dominar mi miedo, íbamos a entrar en el campamento enemigo sin ninguna protección. Sin embargo encontramos el paso franco, nadie se interpuso en nuestro camino  hasta la tienda de Holofernes, solo un hombre fuertemente armado guardaba la entrada.

Una vez en la tienda, el olor a especias, a sándalo y a incienso hacía que el ambiente estuviera muy cargado, mi ama ricamente ataviada con sus ropajes más ricos se mostraba claramente sugerente, el general anhelante empezó a ofrecerle vino, mi ama disimuladamente me entregaba la copa y yo me deshacía del líquido como buenamente podía, la verdad es que me apetecía bebérmelo yo, dado el miedo que tenía.
Aparentemente mi ama bebía y el caudillo también, así una y otra vez, frenando mi dueña sus avances con una coquetería estudiada hasta que Holofernes con la voz pastosa y sus ademanes mas groseros cayó rendido sobre la mesa. Mi señora Judith, entonces, cogió su espada, mientras, por orden suya yo sostenía hacia atrás la cabeza del hombre muerta de miedo. De un solo tajo lo decapitó y agarrando su cabeza sangrante por los cabellos , la envolvió en su manto, salió de la tienda . Mi ama y yo salímos y atravesámos el campamento en medio de la oscuridad. Mas tarde, al amanecer su ejército aterrado y desconcertado, contempló, la cabeza de Holofernes, colgada en la muralla. Sus ojos sin vida no podían ver la huida de su ejército hacia Babilonia.

Una vez más la astucia de una mujer había vencido la fuerza bruta de los hombres y yo una pobre criada fui testigo de ello.

lunes, 18 de julio de 2011

LA MUJER EN EGIPTO. CARIXENA (MARIA JESUS CASCALLANA)


LA MUJER EN EGIPTO

Pocas civilizaciones concedieron a la mujer tales niveles de igualdad y libertad como la egipcia, incluso coexistiendo con civilizaciones como la Griega o la Romana, donde siempre consideraron a la mujer como una retrasada mental necesitada de tutor durante toda su vida.
Para el egipcio la mujer era compañera a la que debía tratar con consideración y respeto, era la dueña de la casa y podía administrar su propia fortuna, para contraer matrimonio era necesario  su consentimiento siendo frecuente que para la elección de marido era ella quien tenía la última palabra aunque por consideración solía pedir consentimiento a los padres siendo esto un acto puramente formal;  podía firmar contratos matrimoniales que la protegieran en caso de divorcio y que por otra parte ella también podía solicitar. En caso de viudedad disfrutaba de un tercio de los bienes del esposo pudiendo administrarlos ella misma incluso si contraía nuevo matrimonio.
Podía ejercer cualquier trabajo, salvo los que su propia condición le impedía realizar por cuestiones físicas, su salario era igual al del hombre y podía alcanzar grandes cotas de poder. Respecto a la ley eran tratadas igual que el varón y por tanto eran castigadas con la misma pena, en caso de cometer un delito, sin poder apelar a su condición femenina para lograr  benevolencia.
Sin embargo, a partir del S.III a.c. por influencia griega, primero y romana después fueron perdiendo cotas de libertad e igualdad, mas tarde el cristianismo y desde luego el islam las han llevado a su situación actual de sometimiento y carencia de libertad.

Nuestro padre el Nilo

Iniciación en el Antiguo Egipto

NEBET. Carixena (Maria jesus cascallana)

Nebet, la egipcia

En el ciclorama la imagen de las barcas navegando sobre el Nilo al atardecer, una imagen bella y apacible. Nebet. con una sencilla túnica aparece arrodillada en escena en actitud implorante. Suena la música; Dance de Egipto

¿ A que diosa  encomendaría yo mis plegarias? ¿Tal vez a Isis, nuestra diosa madre? En ella todo es amor. ¿o tal vez a Sejmet, la diosa feroz? Para que me de fuerzas para luchar contra la injusticia. ¿ Por qué a mí ?, ¿ por qué yo¨? ¿ por qué se me despoja de lo que es mío ? . He perdido lo que más quería, mi compañero, y ahora ni siquiera puedo decidir mi destino. Una ley injusta y que no comprendo me deja en manos de unos hijos que decidirán mi futuro y tendré que vivir de lo que ellos determinen y como ellos establezcan.
Yo, descendiente de mujeres libres, tengo que verme sometida por la voluntad de un faraón débil, que sucumbió a la influencia griega, y que ha cambiado las leyes.  Ahora ya no decidimos, ahora nos tratan a la manera helena pasamos de la tutela del padre a la del esposo y si él ya no está ,a la de los hijos que pueden  ser o no justos.

Mi esposo, mi compañero, que me trató como igual se fue muy lejos, al reino de los muertos, en su lugar mis hijos me tratan como si no tuviera facultad de pensar, yo, que tenía  y atendía mi negocio, era partera, ahora debo dejarlo todo porque así lo han decidido. Mi hijo mayor, me deja en su hogar para atender sus hijos y cuidar del buen gobierno de su casa bajo el dominio de mi nuera, pero no es eso lo que yo quiero, quiero ser libre y tomar mis propias decisiones, quiero mi casa, quiero administrar mis bienes, quiero mi vida de nuevo
Miro atrás con nostalgia cuando algunas mujeres de mi casta solo recibían órdenes de la Casa Jeneret, cuando  allí, reino de las mujeres, se decidían grandes cosas; cuando incluso se establecían relaciones con otros reinos y éramos consejeras reales. Otra Nebet, fue “chaty”, la más grande funcionaria, los oídos y los ojos del rey, y hoy esta Nebet no es nada, ni siquiera ya partera, ni siquiera ya dueña de mi persona, soy y seré lo que los demás quieran. Pero la vida carece ya de sentido  para mi y la más profunda tristeza anida en mi corazón.